dijous, 8 de novembre del 2012

Chances



Juan Manuel de Prada es español, católico, monárquico, de derechas y escritor. A pesar que siempre despotricó sobre el divorcio no ha tenido ningún inconveniente en casarse en segundas nupcias. En los 90, Roberto Bolaño ya se fijó en un joven Juan Manuel que subía con fuerza. Su caracterización en Los detectives salvajes no tiene desperdicio. Una vez más, acertó.
Marco Antonio Palacios es Juan Manuel de Prada.

Marco Antonio Palacios, Feria del Libro, Madrid, Julio de 1994. He aquí algo sobre el honor de los poetas.  Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarles en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. los amigos son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es perceptivo abominar y despecharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí) Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. si es por eso último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?
                                                                (Los detectives salvajes, Roberto Bolaño)

Felices como perdices.

3 comentaris:

  1. Que hace semejante mujer, con semejante hombre

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  2. Sólo hace falta "cierto encanto dúctil".

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  3. Recuerdo que hay mujeres que se follan a sus perros. Sólo era una puntualización

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