dilluns, 18 de juny del 2012

Felicidades







Lisa Randall es la mujer más inteligente de su generación. Ha publicado Universos ocultos que es sin posible discusión una obra maestra. Si empiezas a leer el libro, lo primero que piensas es que a ese ritmo no puede continuar. No es posible mantener esa intensidad y ser brillante durante 688 páginas. Las pocas veces que me ha ocurrido algo así, siempre me entra el mismo miedo y me digo que como esto acabe en la página treinta mejor que no vuelva a salir de su casa. Pero nada de eso, si por ella fuera (y ahora pienso en su editor americano) hubiera podido escribir el doble, de conocimientos y valentía anda sobrada.
 Antes de llegar a la mitad empecé a preguntarme ¿Por qué lo hace? Desde su puesto (catedrática de la universidad de Harvard, investigadora en el MIT...) no tiene la obligación de hacerlo. Ella está a otro nivel, con otros objetivos y de repente sin que nadie lo esperara pone en circulación una obra maestra. Nicanor Parra siempre dice que la primera norma de una obra maestra es pasar desapercibida, algo de eso hay.
 Investigué un poco por internet, leí alguna entrevista y no veía lógico que fuera por fama, ni por dinero y parecía poco probable que quisiera ganar poder (otra opción podría ser ganar en influencia pero me parecía una opción muy rastrera y quise descartar de inmediato esa posibilidad). Pasaron los días y cuando tenía medio olvidada la pregunta, de repente leí unas palabras que dijo David Foster Wallace:

"Tiene que ver con el amor. Con poseer la disciplina de hablar desde la parte de uno que es capaz de querer en lugar de la parte que sólo quiere ser querida. Sé que esto no suena moderno en absoluto... Pero parece que una de las cosas que hacen los escritores realmente grandes es "dar" algo al lector. El lector deja atrás el arte verdadero con un peso mayor que cuando penetró en él. Está más lleno. Toda atención y el compromiso y el trabajo que tienes que buscar en el lector no pueden ser para tu propio beneficio; tienen que ser para el tuyo. Lo que emponzoña el ambiente cultural de hoy día es el miedo a intentarlo".

Ya tenía la respuesta. Una respuesta que encontré en unos papeles que llevaba conmigo mientras viajaba en el tren de vuelta a Barcelona procedente de Mataró. Ahora sé que era la solución pero al leerlo no lo relacioné con Lisa Randall. Recuerdo que me gustó la respuesta pero el efecto que me creó fue mas bien de narcótico, me quedé dormido, pero sólo unos cinco minutos. Lo suficiente para soñar que en una mesa redonda estaban sentadas Mary McCarthy, Imma Monsó, Janet Malcolm  y Lisa Randall. Se miraban entre ellas, pero no se dirigían la palabra. Mary y Janet estaban serias pero Imma y Lisa sonreían. Yo daba vueltas a la mesa pero ninguna reparaba en mi presencia. Supongo que buscaba sentarme o un sitio por donde escapar (o un taburete para subirme a la mesa), pero a ellas lo que yo hiciera les traía sin cuidado. En ese momento me desperté y enseguida relacioné las palabras de Wallace con la obra de Lisa Randall. Tampoco sentí esos segundos de ligera euforia posterior a relacionar dos ideas con cierto éxito, pensaba más bien en la cara de Lisa, lo atractiva que era y recordé unas palabras que me dijeron una vez: "La característica principal de una chica joven, inteligente y muy guapa es que te resultará imposible visualizar su vejez". Considero esas palabras muy válidas todavía hoy y Lisa Randall es la prueba. Hoy cumple años, una cifra redonda y sigue en su esplendor.
Estoy seguro que es por su cerebro.

Desde este humilde blog, felicidades.

PD: Didito me llamó el viernes pidiéndome una entrada "personal, de esas tuyas". No entendí muy bien a que se refería y como no me apetecía hablar le colgué lo más rápido que pude. Espero ser perdonado.


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